miércoles, 25 de abril de 2018

El carnet de conducir y las clases presenciales obligatorias en la época de la educación digital a distancia

A principios de 2018 pudimos saber por medio de Gregorio Serrano que el gobierno español planea una reforma de la Ley de Tráfico para entre otras cosas introducir clases presenciales obligatorias para obtener el carnet de conducir, argumentando que en la actualidad muchos alumnos se están presentando en masa sin tener los conocimientos y aptitudes necesarias llegando esto a colapsar las delegaciones de la Dirección General de Tráfico.  Este argumento es tremendamente falso por varios motivos.

La tasa de 90 euros, objetivamente excesiva, compensa el colapso.

Si el colapso fuese realmente cierto, ¿la tasa que abona el usuario en concepto para qué demonios sirve? Se supone que las tasas en concepto de examen se abonarán para compensar el trabajo extra que realiza el funcionario además del uso de instalaciones, a pesar de que ahora los exámenes se hagan por ordenador.



Aunque la tasa no fuese realmente excesiva, debido a obligatoriedad de realizar prácticas con coche adaptado con doble pedal y profesor con licencia, previo al examen práctico, Gregorio Serrano miente descaradamente ya que no se presentan tantas personas por libre a los exámenes para que lleguen a colapsar las delegaciones de la DGT. Para eso se abonan las tasas, digo yo, ¿no?

No hay apenas referencias de personas que hayan utilizado la licencia para el aprendizaje de conducción exclusivamente por libre, es decir, sin pisar una autoescuela. Aprobar el examen práctico sin acudir a la autoescuela es burocráticamente muy complejo, necesitas sacarte un permiso especial que dura 8 meses y que solo se concede una vez por persona/vida y además de esto, requiere de un coche adaptado, sin mencionar otros requisitos muy particulares y raros. Por lo tanto, se puede deducir que no hay tanta gente presentándose por libre a los exámenes de la DGT o al menos tanta gente que pueda masificar los exámenes ya que solo se refiere a los teóricos y estos se hacen por ordenador en muy poco tiempo.

Intrínsecamente la afirmación se refiere a que muchos alumnos no se apuntan a la autoescuela y eso genera colapso al no estar bien preparados para el examen y suspender. Si esto es verdad, la DGT está ingresando dinero extra para poder solventar el colapso, ya que si suspendes dos veces el teórico necesariamente tienes que volver a abonar la tasa correspondiente al solo disponer de 3 convocatorias. Todos sabemos que el precio de los ordenadores se abarata cada año, si hay muchos alumnos que suspenden, la DGT puede solventar el posible colapso añadiendo más estaciones de examen teórico ya que la tasa de 90 euros tiene también esta finalidad.

Voy a citar a la sede virtual (página oficial) de la DGT: Los 91,60 euros de la tasa para el permiso B1 dan derecho a 3 convocatorias de examen teórica y práctica. Esto significa que solo te puedes presentar tres veces en total, o lo que es lo mismo: solo puedes suspender una vez y esto está hecho así precisamente para no colapsar los exámenes.

Muchas más tasas y limitaciones burocráticas en comparación con países europeos en plena época digital.

Además, entre otras cosas, no solo se pagan 90 euros para tasa de examen, otros factores que hacen que el precio de sacarse el carnet sea relativamente caro en España son las diferentes tasas que hay que ir abonando después de aprobar el carnet teórico por libre, entre otras, la transferencia de tu expediente a la autoescuela donde realizarás las prácticas previas al examen práctico. En otros países europeos,  en favor de la libertad, la licencia se ha simplificado pasando a ser un simple trámite psicotécnico sin que esto haya ido en perjuicio de la seguridad vial, incluso se han combinado la licencia de conducir y la identificación personal en una misma tarjeta, algo que ya sucede  con la sanidad pero que parece que en este sector todavía hay muchos «amigotes».

Aplicaciones para smartphones con test de conducir han hecho descender la facturación de autoescuelas. La nueva Ley de Tráfico pretende perpetuar un modelo de educación de hace dos siglos.

Las clases obligatorias presenciales son una demanda de las autoescuelas ya que que debido a la fuerte implantación de las tecnologías móviles han visto como su facturación descendía por no saber adaptarse al mercado.  Han surgido cientos de sencillas aplicaciones para smartphones con tests gratuitos para practicar el examen del carnet de conducir, en apariencia fáciles de usar y que dan buenos resultados didácticos.

Un ejemplo práctico es la aplicación online de la propia DGT que permite realizar los test y practicar para el examen. Cualquier persona, con el libro oficial en la mano y esta pequeña aplicación no necesitaría de profesor para la sección teórica, lo que supone un gran fiasco para las autoescuelas tradicionales que no han sabido adaptarse a este nuevo paradigma tecnológico. Cabe destacar que la DGT no anuncia su aplicación en la portada de su sede electrónica (tendrá algo que ver el lobby de las autoescuelas?).

El modelo para obtener la licencia de conducir que pretende implantar la nueva Ley de Tráfico a través de clases presenciales está en contraposición de la tendencia mundial en cuanto a educación. Las clases presenciales no garantizan una seguridad vial o una mejora en la obtención de resultados para la licencia de conducir, el argumento es pésimo además de infantil, en todo caso, al gobierno que le importa si mucha gente aprueba o suspende, para eso ya cobran una tasa. En este caso, la medida no es recaudatoria como viene siendo habitual, es una medida directamente para favorecer a las autoescuelas, que en vez de mejorar los precios, cada día se encarecen más.

Aún así, las autoescuelas tienen negocio pues es (casi) obligatorio pasar por una si quieres obtener tu carnet de conducir, a pesar de esto, su volumen de negocio les parece poco y tratan de beneficiarse a través de imposiciones legales, como por ejemplo, imponer cursos de reciclaje a conductores con muchos años al volante, algo que es tronchante ya que si si tienen experiencia ¿por qué motivo tendrían que reciclarse? La experiencia es el mayor grado.

Las autoescuelas tienen demasiadas prebendas, el futuro, desde una perspectiva liberal, pasa por eliminar privilegios y no por añadir más. La legislación actual es obsoleta, no incluye tecnologías actuales.

El negocio de las autoescuelas es un negocio puramente mercantilista, es decir, funciona gracias a prebendas políticas, esto significa que en pleno siglo XXI con la implantación mundial en la conducción de los sistemas asistidos y autónomos, el requerimiento de una licencia tan compleja y burocratizada solo deja entrever un amplio amasijo de negocios mafiosos y subvenciones públicas que se quedan en el bolsillo de muchos corruptos.

La Dirección General de Tráfico es un escándalo en toda regla, después de la dimisión de la anterior presidenta, las actuaciones de Gregorio Serrano tratando de favorecer a sus amigos de las autoescuelas en vez de favorecer la libertad de los ciudadanos nos dejan ver como funciona la España de Rajoy y sus secuaces.

Referencias:



No hay comentarios:

Publicar un comentario